En la parte norte se sitúa un bloque de apartamentos, que como si de una versión más grande de las villas se tratase, mantiene la misma volumetría, disposición y tamaño de huecos de fachada. El edificio de usos comunes y el restaurante, por otro lado, se extienden en planta para acaparar un área más significativa de la cuadrícula base, de modo que estos edificios puedan albergar las funciones de uso público que los caracterizan, sin embargo presentan en su cubierta una serie de pabellones acristalados que se establecen un claro diálogo con las villas.
Estas estructuras de piel translúcida destacan del resto del resort y se convierten en miradores que, como faroles de papel, se dejan ver en la noche desde los recónditos rincones de la aldea.