El corte diagonal que forma la cubierta a dos aguas en el volumen puro del cubo, determina la distribución espacial interior de la villa.
El tejado asimétrico proporciona escala a los espacios interiores, de modo que desciende en el lado del salón para reducir la tripe altura y sube en la zona de comedor para mantener una proporción adecuada.
El resultado son una serie de espacios que se ensamblan en torno a un núcleo central de escaleras, siguiendo una espiral ascendente.
Las escaleras, ligeramente descentradas para proporcionar más espacio al salón y el comedor, sirven también como núcleo estructural de los forjados, que como si de balcones interiores se trataran, mantienen un diálogo visual con los pisos inferiores.