El diseño urbano y paisajístico del resort se basa en principios orgánicos que imitan la naturaleza que lo rodea. La imagen reconocible de la aldea consiste en una composición de triángulos y cuadrados.
Las diagonales de los tejados establecen un diálogo con el diseño del paisaje, formado a partir de triángulos y rombos. Esta superficie tapizada por diferentes especies de plantas autóctonas queda definida por los caminos pavimentados de hormigón pulido.
Los alzados de las villas emergen sobre este mosaico de pequeños jardines. Las fachas de hormigón, también trianguladas, están perforadas por un sinfín de ventanas cuadradas de diferentes tamaños.