Los lucernarios o claraboyas son una forma eficaz para introducir luz en la ampliación de la vivienda. Las casas adosadas londinenses son a menudo estrechas y alargadas, por lo que los lucernarios y patios son las únicas formas de iluminar la parte central de la vivienda.
Para conseguir las aberturas del techo sin alterar el sistema estructural que soporta el piso superior, los lucernarios se sitúan entre las vigas transversales. Cada hueco tiene una forma rectangular, y está cerrado con un doble vidrio sellado sobre un marco de acero inoxidable.
En la parte superior se consigue la impermeabilización de la cubierta gracias a un tejado con forma de diente de sierra que ofrece un aspecto industrial al edificio. El falso techo del interior reproduce la forma inversa, por lo que los huecos están abocinados y permiten que la luz del sol penetre hasta la parte central de la vivienda.
El resultado es una iluminación homogénea que baña el muro de ladrillo adjacente. El techo se convierte en un elemento distintivo del diseño interior y ofrece una solución económica y funcional.