La imagen del hotel no sólo destaca en el entorno urbano cuando se descrubre desde las calles, si no que su perfil es facilmente reconocible en el skyline de la ciudad.
El intenso tráfico que rodea la parcela justifica el gesto formal del edificio, que define una plaza peatonal en el triángulo que forma la intersección entre las calles.
La sencillez del diseño de la fachada, formada por un patrón ajedrezado de hormigón negro y cristal, ofrece una imagen cálida, casi doméstica del interior.