La composición del alzado de fachada equilibra la repetición modular de los elementos fijos con el dinamismo cambiante de las persianas móviles. Sobre este diseño destaca la disposición aleatoria de balcones y grandes aberturas, ambos cubiertos de abundante vegetación.
El control de la luz solar juega un papel importante en el diseño de este edificio resiencial. El clima subtropical de Marruecos, con casi 3000 horas anuales de sol, da como resultado una arquitectura de muros blancos y ventañas pequeñas.
La intepretación contemporánea de ese modelo tradicional consiste en una fachada de ventanas alargadas y verticales, de suelo a techo, protegidas por contraventanas correderas. Estas celosías de lamas horizontales de madera contrastan con el revoco blanco de los muros de fachada.
Los balcones cuadrados en voladizo ofrecen un aspecto tridimensional a la envolvente del edificio. Estas cajas en voladizo, forradas con paneles fenólicos que parecen acero Corten oxidado, son como miradores llenos de vegetación.