La singular volumetría del edificio responde a un criterio funcional: proporcionar ventilación, iluminación y vistas hacia el gran parque urbano que se sitúa detrás de la parcela.
El perfil serpenteante de la cubierta del bloque residencial permite escalonar una serie de terrazas de modo que se respeta la privacidad de los vecinos y se garantizan las vistas.
Estos espacios están protegidos por los antepechos que forman el plano de la fachada, y cuentan con barandillas de cristal entre cada una de las terrazas escalonadas. Una serie de jardines a lo largo del perímetro funcionan como pantallas de vegetación entre los vecinos, de modo que la línea diagonal se mantiene en el alzado.
Las terrazas cuentan con un pavimento de madera que combina con el color cálido de las ventanas y los balcones de acero cortén. Desde las terrazas superiores se puede contemplar no sólo los grandes riads centrales, sino el perfil de la ciudad de Casablanca al fondo.