El concepto de este edificio residencial parte de una combinación equilibrada de espacios interiores y exteriores. Su forma no sólo captura una imagen simbólica a nivel urbano y doméstico, sino que responde a la calidad de los espacios. Las terrazas superiores son un ejemplo de armonía entre forma y función.
La silueta escalonada del edificio proporciona privacidad a los áticos, que disfrutan de estos espacios abiertos articulados a través de una cuidada vegetación. Los diferentes jardines, centrales o alargados a lo largo del perímetro, matizan las vistas y proporcionan sombra y frescor al interior.
Las salas de estar cuentan con grandes ventanas de suelo a techo, que pueden abrirse para que el espacio interior participe del jardín. Los materiales proporcionan un aspecto cálido y acogedor: el suelo es de tarima de madera, los bancos y jardineras son de compuestos sintéticos a base de resinas y minerales y los jardines cuentan con superficies porosas con grava.
El mobiliario exterior permite una amplia flexibilidad de uso, proporcionando zonas para comer, relajarse y disfrutar en compañía de las fabulosas vistas.
Para garantizar la seguridad de las terrazas y mantener el aspecto formal del edificio, la vegetación funciona como límite en los extremos de las terrazas, y los antepechos inclinados que forman la silueta del edificio se complementan con barandillas de vidrio laminado, retranqueadas respecto a la línea de fachada.