La planta diáfana de la sala de estar tiene un carácter abierto y multifuncional. Cuenta con con un mobiliario minimalista, formado por un juego de sofás de madera contrachapada en un lado y una mesa de comedor en el otro.
Las ventanas de aluminio tienen una altura de suelo a techo y dan paso a un agradable patio interior con un olivo. Esta gran superficie acristalada permite la entrada de una abundante cantidad de luz natural desde el sur en el interior del espacio. La sala de estar también tiene grandes ventanales en el lado norte, con vistas a las montañas, manteniendo el lugar bien iluminado durante el día. El techo foseado da una sensación de ingrávidez y crea una sutil línea de sombra en su perímetro. Los paneles con textura de cemento en el falso techo junto con el suelo de hormigón pulido y la sencillez de la lámpara de aluminio Ambit que cuelga sobre la mesa, contrastan con los muebles de madera.
El uso de materiales naturales es prominente para crear un interior cálido. La conexión visual de los espacios se complementa con el diseño minimalista para mantener la sensación de amplitud en la estancia. Las icónicas sillas de Hans Wagner con sus asientos de cuerda trenzada se integran perfectamente en la estética del diseño.