La estética de la planta baja complementa el concepto de conexión con la naturaleza, su abertura hacia el norte crea un vínculo activo y visual con el paisaje.
El diseño está pensado para transmitir una idea de transición natural hacia el exterior, gracias al techo alto del salón y la distribución de planta diáfana. Esto permite que la luz inunde el espacio y sea la que lo delimite a través de un juego de orientaciones y sombras.
La cocina, estratégicamente emplazada entre la terraza norte -con barbacoa y cenador- y el patio interior, se conecta visualmente con casi todas las estancias de la vivienda, configurándose como un espacio social y de encuentro. En la planta superior, el pasillo que conecta los dormitorios rodea también el patio, permitiendo que la luz defina también el uso del espacio privado.