La cubierta del edificio queda parcialmente oculta por la doble piel de malla de latón que cubre el edificio, por lo que la terraza superior es un espacio tranquilo y privado, un rincón contemplativo donde terminar la visita turística del museo.
Junto a la cafetería se sitúa también la tienda del museo. Desde este espacio se desciende directamente a la calle al culminar la visita.