La cocina, con su isla central, es un espacio amplio y funcional definido por líneas nítidas, acabados sencillos y muebles minimalistas. Se crea un contraste intencionado entre las paredes blancas y los muebles de madera de roble europeo.
El diseño elegante de la cocina hace que forma y función se combinen. La isla proporciona una distribución eficaz del espacio. En su encimera de Silestone Blanco Maple se sitúa una placa de gas que incluye un extractor telescópico integrado.
La iluminación indirecta se resuelve a través de una línea de luz alrededor del falso techo, mientras cuatro focos direccionales de bajo consumo aportan intensidad a la zona de trabajo. Las bombillas suspendidas sobre la zona de comedor dan un aspecto industrial al espacio y combinan con las sillas blancas Charles Eames de fibra de vidrio moldeada.