La intervención comprende el tratamiento del paisaje en los alrededores de la Iglesia, para proporcionar nuevas vías de acceso que permitan acceder al monumento.
La calle de acceso superior, construida después de que la iglesia fuese derruida, ocupa parte de la planta original. Para permitir el paso de vehículos y dejar patente la huella del monumento, se introducen una serie de niveles con escaleras que sirven también de acceso a las gradas.
Un nuevo elemento paisajístico junto a la iglesia, en forma de un pequeño jardín cuadrado, se asemeja a un claustro.
Las pasarelas peatonales que ascienden la colina contrastan con la rigidez de las líneas del nuevo edificio. Éstas se adaptan a la pendiente del terreno con un diseño dinámico trazado con curvas y líneas no paralelas.