La arquitectura sin duda se puede definir como una forma de arte. Requiere la combinación de enfoques técnicos y estéticos. Los promotores inmobiliarios requieren la ayuda de un arquitecto, el profesional indicado para encontrar el equilibrio perfecto entre estos dos factores.
Un concepto arquitectónico es la idea abstracta o generadora alrededor de la cual se desarrollará el proyecto. El proceso creativo para crear un concepto sólido parte de una idea o noción, hasta evolucionar en una teoría que es convincente y genera una opinión unánime.
Podríamos decir que los conceptos arquitectónicos son la respuesta que proviene de la perspectiva del arquitecto ante unos parámetros de diseño. Este proceso generativo e intelectual es que permite convertir ideas intangibles en inolvidables obras construidas.
Trabajar con un equipo creativo capaz de desarrollar un concepto sólido es fundamental para garantizar el éxito de una promoción inmobiliaria. El valor de una construcción no solo está relacionado con la ubicación o la naturaleza del edificio, sino también con la percepción de los usuarios y su bienestar. La arquitectura tiene el poder de comunicar ideas, y los edificios tienen un fuerte impacto en nuestras vidas.
Un edificio excepcional se convierte en algo memorable para las personas, la arquitectura tiene la capacidad de definir un espacio urbano o el carácter de una ciudad y a veces incluso convertirse en un icono o monumento que es apreciado por muchos.
El concepto de un proyecto no es un capricho artístico o estético, es la base fundamental que garantiza el valor de la inversión, la percepción de la arquitectura y su permanencia en el tiempo como bien raíz capaz de inspirar generaciones.