La integración de naturaleza y arquitectura no sólo es vital desde el punto de vista ecológico, sino que mejora la calidad de vida de las personas. Una relación simbiótica entre los dos implica que arquitectos y paisajistas tomen en consideración a la hora de proyectar la manera en la que evoluciona la naturaleza.
Como los árboles y el entorno circundante cambian y crecen constantemente, la arquitectura del paisaje y la de la edificación deben adaptarse entre sí para proporcionar una experiencia física multidimensional.
En el metódico proceso de elaboración del diseño, tenemos en cuenta tanto las necesidades del cliente como la integración del proyecto, para responder a las variables contextuales del emplazamiento y así proporcionar una relación interesante entre el ocupante y la naturaleza. Colaboramos con profesionales cualificados expertos en jardinería para desarrollar criterios de selección de las especies de vegetación que mejor se adaptan al diseño del paisaje. Este proceso de selección responde principalmente a los siguientes criterios.
Tipo de suelo
La compactación del suelo es vital para la supervivencia, el crecimiento y la salud de los elementos vegetales, especialmente los árboles. Un mayor grado de compactación requiere especies arbóreas autóctonas que se adapten a niveles bajos de oxígeno en el suelo. El pH, el grado de alcalinidad y la acidez, son parámetros a tener en cuenta para determinar una especie de árbol concreta. La mayor parte de la vegetación prefiere un suelo ácido levemente húmedo (pH de 6 a 7) en lugar de suelo alcalino seco, dado que los nutrientes comunes como el potasio, el magnesio, el calcio y el nitrógeno se propagan fácilmente en ese ambiente.
Sombra
Otro factor a considerar es el entorno micro climático y las condiciones biogeográficas de las especies, ya que toda la vegetación en su conjunto forma un sistema en equilibrio. Los árboles grades y maduros requieren hasta seis horas de luz solar directa, mientras que otras especies tolerantes a la sombra pueden sobrevivir con sólo tres horas. Los árboles de copa ancha proporcionan protección solar y crean además un efecto de enfriamiento natural como resultado de la transpiración y combinación de aire y vapor de agua.
Hoja caduca y hoja perenne
Los árboles de hoja caduca como el roble, el arce y el olmo por lo general se desprenden de su follaje en otoño y desarrollan hojas de nuevo en la primavera, donde ofrecen en la copa una cobertura de sombra de hasta 30 m de altura. Los árboles de hoja perenne o coníferos como los eucaliptus y los pinos mantienen sus hojas en forma de cono durante todo el año, sirven como protección contra el viento y actúan como pantallas naturales para mantener privacidad.
En cuanto a los cuidados de jardinería, la mayoría de las plantas de hoja perenne necesitan poco mantenimiento, ya que requieren menos poda y desmoche. También son más tolerantes a condiciones hostiles como un drenaje escaso del suelo o ciertas plagas. La poda de árboles de hoja caduca sirve fundamentalmente para eliminar partes dañadas y restaurar el estado saludable de la especie, lo que requiere un conocimiento a la hora de cuándo y cómo realizar los cortes.
Raíces
Calcular la amplitud y la profundidad de las raíces supone conocer el sistema de clasificación del suelo, condición fundamental para una selección adecuada de las especies de árboles que se adaptan al diseño del paisaje. Tanto las instalaciones que se sitúan bajo tierra como la cimentación del edificio se diseñan específicamente para tener en cuenta la propagación de las raíces antes de la plantación.
Patologías
Los ecosistemas están conectados, y para evitar el declive de las especies, se deben evitar ciertos árboles propensos a especies invasoras. Un ejemplo es el fresno, que atrae al escarabajo verde y es muy difícil de erradicar. Otros riesgos para la seguridad a tener en cuenta son el desprendimiento de ramas, un problema común en los árboles por el efecto del viento, así como las infecciones por hongos.
Nuestro servicio profesional de paisajismo tiene en cuenta todos estos factores en los principios estéticos y funcionales del diseño del paisaje para lograr una integración óptima y equilibrada de la arquitectura y la naturaleza.